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JUAN CIAPESSONI

Juan Ciapessoni es la cara detrás de The Electric Factory, con 41 años logró construir un negocio líquido que combina la creatividad, tecnología y estrategia para resolver problemas de cualquier industria. Juan se define como un “visionary thinker” y un innovador.

Un estudiante de arquitectura que dio un giro en su carrera para empezar a desarrollar un proyecto visionario de ISP (proveedor de servicios de internet), donde comenzó colocando personalmente las antenas en las azoteas de los edificios.

Montó un imperio sobre un concepto/ servicio que aún no se conocía popularmente.


Posicionado en un punto crítico donde fue cuestionado hasta por sus afectos, porque no se sabía que era lo que estaba haciendo y solo su propia visión lograba dibujar un camino legible había un futuro exitoso. Su proyecto fue de los primeros en instalar lo que hoy todos conocemos y usamos casi dependientemente como el Internet.

Viviendo en la incertidumbre desde sus comienzos Juan se denomina el dueño de su propio destino.

Fundando The Electric Factory con solo 20 años, Juan tuvo que buscar su camino y aceptación social tratando de explicar un lenguaje que solo él y unos pocos logran decodificar y apreciar. Es muy fácil ver hoy después de unos años que esto de lo que hablaba Juan es algo totalmente ordinario, pero para él no fue un camino fácil y mucho menos asegurado.



“Para empezar una carrera el peor escenario posible siempre es el mejor” una frase que solo Juan, y unos pocos, puede afirmar después de haber transitado por un camino profesional tan duro que lo transformó en una persona que ningún obstáculo para él es una limitante. Empezar con expectativas nulas o en cero hace que cualquier mínimo avance sea un éxito y esto genera motivación para seguir progresando.


Nace una sensación de esperanza para nosotros, estudiantes que están a unos pocos pasos de insertarnos en el mundo profesional, al escuchar a Juan afirmar que: “los momentos de crisis y apocalípticos son los momentos donde más disrupción sucede y donde más decisiones rupturistas pueden llegar a aparecer”. Parados en una crisis mundial (=Coronavirus) donde no se sabe que va a ser de nuestro futuro, Juan asegura que estamos viviendo un mundo de mucha incertidumbre pero de mucha oportunidad. Una frase que ya se suele utilizar hasta como estrategia de marketing pero que Juan realmente la vive y vivió toda su carrera, es parte de su filosofía él aceptar la incertidumbre como parte de la realidad.


¿Cómo podes ser un creador del futuro si no hay incertidumbre? La incertidumbre es un paralelo constante del creador, gracias a la existencia de la misma nosotros podemos crear. Si no existiera la incertidumbre el futuro ya estaría escrito, ¿y que quedaría para nosotros, diseñadores, si no tenemos nada para inventar o resolver? No cumpliríamos ninguna función, no tendríamos ningún rol en esta sociedad.



 

Para Ciapessoni, vivir en Uruguay siendo creador es una gran ventaja porque este país en el que nacimos nos permite desarrollar prototipos y testeos de forma más accesible que en los países de primer mundo, y esto no es un factor menor a tener en cuenta.


Sugiere a los oyentes seguir un camino de desarrolladores de proyectos propios, utilizando los recursos a nuestro alcance que muchas veces desmerezcamos. El conocimiento de nuestros abuelos y su experiencia pueden ser una fuente fundamental para un proyecto innovador. Asociarse con un compañero de estudio puede ser el punto de partida clave para el éxito de un producto. No hay que irnos muy lejos para poder generar una idea disruptiva para un proyecto creativo.

Para poder hacer uso de los recursos que tenemos a disposición hay que pensar afuera de la caja. Tener aspiraciones muy altas nos motiva a seguir adelante, verdaderamente hay que apuntar a cambiar el mundo si queres que tu proyecto llegue a lugares inesperados. Solo hacen falta ganas y un giro en la manera de pensar, entender al consumidor y buscar soluciones.

Pero más allá de eso Juan asegura que entender al planeta, en todos sus aspectos, como consumidor puede ser un puntapié para generar soluciones únicas e innovadoras. Hay que romper con los paradigmas establecidos de que el consumidor es el humano, no estamos solos en este planeta y si no lo empezamos a cuidar y valorarlo como tal nos vamos a quedar solos y sin recursos. Para esto hay que empezar a generar productos para todos los que habitamos este universo.


Juan plantea que esta pandemia hizo ver a los países de primer mundo que ellos también son vulnerables, que no son inmunes a nada ni más ”poderosos” que el resto de los países. Empiezan a estar más abiertos y logran entender que la creatividad y las soluciones puede venir de cualquier rincón del mundo. Es acá donde surge una oportunidad para países “underdog” como Uruguay de tomar protagonismo e imponerse con sus talentos e ideas. Para esto, emprendedores como nosotros tenemos que animarnos a presentar nuestras ideas a grandes compañías sin miedo de que nos rechacen, porque si seguimos probando en algún momento alguien nos va a decir que sí, como dijo Juan: “hagan desde Uruguay pero conquisten el mundo”.


“Está lleno de gente con herramientas para brindar soluciones, lo que no está es lleno de gente que las piense, y no porque no tengan el talento sino porque están pensando mal, con muchas creencias limitantes o están con una especialización tan grande que les prohíbe pensar de una forma distinta.”




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